jueves, 27 de diciembre de 2012

Clonar o Time Machine: Cuánto tardamos en seguir trabajando si falla nuestro disco duro.

Imaginemos una situación de pesadilla: estamos enfrascados en un trabajo que debemos entregar en breve… y de repente "muere" el disco duro de nuestro Mac, ya sea por un problema del sistema operativo, una actualización fallida o por un repentino fallo mecánico. ¿Qué hacemos?

Bueno, partamos de una situación en la que el desastre no sea total, ya que disponemos de un disco duro externo con una copia más o menos actualizada del contenido del disco interno. Esa copia la podemos haber hecho con Time Machine o bien ser un "clonado" mediante SuperDuper o Carbon Copy Cloner.

Clonado: 5 minutos y trabajando.
Reiniciar el ordenador desde el disco duro que contiene la copia "clonada" del sistema operativo es cuestión de minutos. El ordenador funcionará más lentamente que desde el disco original, pero en caso de urgencia podremos recuperar nuestro trabajo desde Time Machine y terminarlo.

Una vez hemos salido del apuro, tan sólo hay que "clonar a la inversa", es decir desde la copia del disco externo con la que hemos arrancado al disco duro interno del ordenador.
Evidentemente, si el fallo del disco duro ha sido mecánico y es necesario sustituirlo, es inevitable que transcurra un tiempo antes de que podamos volver a utilizar el ordenador normalmente.

Time Machine: 2, 3 horas… o mucho más.
Si nuestro Mac es relativamente moderno, y utiliza Lion o Mountain Lion, podemos iniciar el Mac desde la partición de recuperación y recurrir a la utilidad "Restaurar desde una copia de seguridad de Time Machine"; si tiene Snow Leopard o un sistema anterior, habrá que iniciar desde el DVD de instalación. En todo caso, la instalación completa del sistema operativo, partiendo de una copia de Time Machine puede llevarnos varias horas, ya que esto supone:
1.- Reinstalar el sistema operativo
2.- Transferir los datos de usuario, aplicaciones, configuración, etc…
3.- Actualizar Mac OS X a la última versión.

Podemos ganar algo de tiempo si hemos descargado previamente la actualización "combo" de Mac OS X más reciente, ya que ésta puede pesar cientos de MB y así evitamos el tiempo de descarga.
Claro que, si el fallo del disco duro ha sido mecánico y es necesario sustituirlo, habrá que añadir el tiempo necesario para ello.

Entonces, ¿es mejor clonar que utilizar Time Machine?
No, en absoluto, el clonado y Time Machine son dos sistemas de backup diferentes, cada uno con sus ventajas, y no es cuestión de decidirse por uno u otro, ya que, como veremos se pueden complementar perfectamente.

Ventajas del clonado:

El clonado nos permite iniciar inmediatamente desde la copia de seguridad, y esto no es posible con Time Machine.

El clonado genera una copia idéntica al disco original. Esto, que a priori parece una ventaja, puede dejar de serlo si la última copia contiene los mismos problemas o errores de sistema que han sido los causantes del desastre que planteamos.

El clonado de un disco duro ocupa el mismo espacio que el volumen total de los datos del disco original. Es decir, si mi disco interno tiene una capacidad de 500GB y sólo he utilizado la mitad, sólo necesitaría un disco duro externo de 250GB. Por el contrario, Time Machine, necesita -en principio- un disco externo con una capacidad de una vez y media a dos veces el volumen de datos original.

Ventajas de TimeMachine:

Time Machine no sólo copia los archivos incrementalmente, es decir, una vez copiado todo, sólo va añadiendo los archivos nuevos o modificados a las sucesivas copias, sino que nos permite recuperar archivos borrados o versiones antiguas. Esto no es posible con el clonado, a menos que guardemos diferentes copias. Recordad que el error humano es la principal causa de pérdida de datos.

Time Machine por defecto, actualiza constantemente su copia de seguridad, con lo que habremos perdido como mucho una hora de trabajo. Si sólo utilizamos SuperDuper o CCCloner debemos asegurarnos de que hacemos frecuentes copias incrementales, de lo contrario sólo dispondremos de "una foto" de lo que había en el disco en el momento de la última copia.

Instalar el sistema operativo y restaurar desde Time Machine es mucho más lento, pero tiene una gran ventaja:
Instalamos un sistema operativo "limpio", y sobre éste añadimos nuestros datos y configuraciones. Notaremos que el ordenador "rejuvenece" y casi todo va más fluido.
Por el contrario, al clonar partimos de una copia que contiene el mismo viejo sistema operativo que teníamos antes, con toda la "basura", errores y problemas acumulados con el tiempo.

Si quiero combinar ambos sistemas, ¿necesito dos disco duros?
Cuando clonamos un disco duro, o hacemos una copia idéntica del contenido en otro disco, es inevitable que se borre completamente el contenido de éste; y Time Machine necesita del mayor espacio posible del disco externo. Por ello, ambos tipos de copia requieren un disco duro dedicado a cada uso. 
Si queremos combinar el uso de Time Machine y un clonado, lo ideal sería utilizar dos discos duros distintos, pero si no podemos o queremos utilizar dos discos duros, una solución es crear dos particiones en el disco duro externo, que lógicamente deberá ser de capacidad suficiente:


El tamaño de la partición para el clonado deberá ser al menos igual al volumen de datos utilizados en el disco interno, pero la partición para Time Machine debería ser  entre una vez y media y dos veces ese volumen. Esto supone -en principio- un disco duro de una capacidad 2 ó 3 veces mayor que el disco interno, pero si ya disponemos en una partición de la copia clonada del contenido íntegro del disco duro, podríamos excluir muchas cosas de la copia de Time Machine, sobre todo carpetas que se actualizan con poca frecuencia, y dejando a Time Machine sólo la copia de los archivos que se modifican constantemente.
¿Son el clonado con SuperDuper o CCCloner, y Time Machine las únicas opciones?
No, aunque sí son las más fáciles y cómodas de usar para el usuario "doméstico". Existen soluciones como el magnífico Tri-Backup, que permiten configurar y gestionar copias incrementales y clonados de todas las formas imaginables, pero su uso y configuración son más complicados y se justifican mejor en determinados entornos de trabajo.

…y recordad:
sólo hay dos tipos de usuarios: los que ya han perdido datos y los que todavía no los han perdido. Haced copia de seguridad ya mismo, y no lo dejéis para más adelante, es decir para cuando ya sea demasiado tarde. Y si son datos importantes o directamente  irrecuperables -como las fotos de vuestra vida- haced no sólo una copia, sino dos, tres o más, aunque sea en DVDs o pendrives. Por cierto, una copia de seguridad lo es porque "es copia" (existen un original y un duplicado) no por estar en un sitio "muy seguro". Aunque resulte increíble, demasiadas veces he visto que algunos guardan todas sus fotos en un único disco externo y que consideran "un lugar seguro".

miércoles, 19 de diciembre de 2012

¿Poco espacio en disco, y no guardas fuera archivos o carpetas porque dejan de funcionar? Utiliza enlaces simbólicos.



Alias y enlaces simbólicos.
Tanto el sistema operativo como muchas aplicaciones necesitan que ciertos archivos y carpetas estén ubicados en un directorio concreto. Si necesitamos mover éstos a otra ubicación por diferentes motivos (capacidad del disco, facilidad de acceso, etc.) veremos que ciertos servicios del sistema o de esas aplicaciones dejan de funcionar. 

Aquellos que hemos sido usuarios del venerable Mac OS 9 y anteriores, recordamos que los alias de documentos y archivos funcionaban de modo diferente a los actuales alias de Mac OS X. No sólo funcionaban para el usuario al modo de los "accesos directos" de Windows, sino que también funcionaban de este modo para el Sistema Operativo y aplicaciones.

Por ejemplo, En Mac OS 9 bastaba en muchos casos con colocar en su lugar un alias que los redirigiera al archivo o carpeta correspondiente. Esto ya no funciona con los actuales alias de Mac OS X, pero éste, al igual que Unix permite el uso de enlaces simbólicos, que hacen una función muy parecida.

¿En qué casos me sirve crear un Symbolic Link?
En mi caso por ejemplo, para que la ya enorme base de datos de Mail en mi viejo Mac Mini (con sólo 80GB de disco duro) pueda estar en un disco externo. O en el caso de mi amigo Pablo, para que las pesadas librerías de Logic se puedan alojar fuera del disco SSD del Sistema Operativo. De hecho, basta con ver lo que llegan a ocupar los carpetas o bases de datos de muchas aplicaciones en Library, como es el caso de Garageband, para entender porqué muchos quisieran poder alojarlas en un disco externo.

En uno de los tutoriales de los que muestro enlace más tarde, se utiliza para cambiar la ubicación de la carpeta Descargas, y también es común utilizarlos en combinación con DropBox, para sincronizar con éste determinadas carpetas.


¿Cómo podemos crear enlaces simbólicos?
Se pueden crear enlaces simbólicos o symbolic links utilizando el comando ln -s en el Terminal, aunque muchos usuarios huyen despavoridos sólo oyendo esta palabra. En resumen, el comando sería:

ln -s target_path link_path

…donde target-path sera la ruta del archivo o carpeta original y link-path la ruta del enlace simbólico.

Aquí o aquí encontraréis un tutoriales y explicaciones muy interesantes.

También hay métodos para crearlos utilizando Applescript, lo cual, aunque funciona perfectamente aún asusta más que el Terminal.

Mucho más fácil con SymbolicLinker.
Afortunadamente, Nick Ziztmann  ha tenido el detallazo de crear SymbolicLinker, y no sólo lo ofrece de forma gratuita, sino que funciona a partir de la versión 10.3 de Mac OS X, aunque su instalación hasta Leopard es diferente a la de Snow Leopard y posteriores (incluido Mountain Lion).

Hemos de tener en cuenta que para poder instalarlo en Mountain Lion hay que cambiar las Preferencias de Gatekeeper en Seguridad, ya que de lo contrario éste no no dejará instalarlo por no provenir de la AppStore o de un desarrollado certificado expresamente por Apple. Pero, ¿podemos confiar en este software? Macworld lo recomendó y calificó hace ya  tres años con 4 sobre 5 "ratones" o puntos. 

¿Cómo funciona SymbolicLinker?
Hasta Leopard funciona como un simple menú contextual del Finder, y desde Snow Leopard lo hace como servicio, y podemos utilizarlo tanto en ordenadores con procesador PPC como en los actuales INTEL.

Está disponible en español, (además de holandés, inglés, finlandés, francés, alemán, italiano, japonés, sueco e incluso turco) y podemos descargarlo en éste enlace:

Hemos de tener en cuenta que el enlace simbólico resultante debe tener exactamente el mismo nombre que el archivo original.

¿Cómo se instala SymbolicLinker?
La imagen de disco de SymbolicLinker contiene el documento Installation Instructions, con las instrucciones precisas, pero para aquellos que no entiendan nada de inglés os las resumo a continuación:

En Snow Leopard y versiones posteriores:
Sólo hay que copiar el icono SymbolicLinker.service en la carpeta:
… / nombredeusuario / Library / Services
(como advierte Nick, no es recomendable copiarlo en la Librería del Sistema) NO COPIAR el plug-in SymbolicLinker.plugin; éste es para versiones anteriores de Mac OS X. Sólo queda reiniciar la sesión de usuario.

Si no funcionara, habría que comprobar que este nuevo servicio ha quedado habilitado correctamente. Podemos comprobar si en Preferencias / Teclado / Funciones rápidas de teclado / Servicios, la casilla correspondiente está activada:
Para desinstalarlo basta con borrarlo y reiniciar.

En Leopard versiones anteriores:
Copiaremos -ahora sí- el icono SymbolicLinker.plugin en la carpeta:
… / nombredeusuario / Library / Contextual Menu Items.
Reiniciaremos Finder o la sesión de usuario.
Para desinstalarlo, y al igual que antes, basta con borrar el plug-in y reiniciar.

¡Mucho cuidado con ciertas aplicaciones y los Symbolic Links!
Si borráis un enlace simbólico, hacedlo siempre manualmente utilizando la Papelera del Dock. Existen algunas aplicaciones que colocan una "Papelera" en el Escritorio y que pueden confundirse precisamente por tratarse de un enlace simbólico y borrar el archivo original.

viernes, 19 de octubre de 2012

Cómo instalar Windows 7 en un Mac virtualizando con VirtualBox.


Introducción: ¿Qué es virtualizar Windows en el Mac?Hace ya un par de años publiqué una entrada en este mismo blog explicando el proceso de instalación de Windows XP en un Mac utilizando Virtualbox. Recientemente he instalado Windows 7 en un MacBook Air utilizando el mismo procedimiento y os muestro las capturas de pantalla del proceso.

Comparábamos la virtualización con la película Matrix; y en este caso Windows "cree estar viviendo" dentro de un PC real, cuando en realidad "su mundo" es un entorno simulado creado por un programa que funciona en un Mac.
Virtualizar Windows en lugar de instalarlo físicamente en el disco duro de nuestro Mac tiene grandes ventajas (y algún inconveniente), tal como explicaba en esta otra entradaLa más interesante para mi, es que no hay decidir si iniciar nuestro ordenador "como Mac" o "como PC", sino que Windows se puede utilizar simultáneamente con Mac OS X, e incluso copiar y pegar entre ambos sistemas operativos.



Cuando queremos utilizar un "programa para Windows" necesitamos: el programa, el sistema operativo Windows sobre el que va instalado éste, un disco duro donde se guarda todo, y el ordenador o PC que alberga el disco duro.
Cuando virtualizamos, el PC es sustituido por un software de virtualización instalado en el Mac (VirtualBox en nuestro caso), y el "disco duro" del PC es en realidad un archivo guardado en el disco duro real de ese Mac.

¿Cumple mi Mac los requisitos previos?Es imprescindible un Mac con procesador Intel (todos los posteriores a los G5). Si queremos utilizar Windows XP será necesario un mínimo de 2GB de RAM, lo cual puede ser suficiente para utilizar Office 2003, pero si pretendemos instalar  aplicaciones como AutoCAD, y más aún si lo hacemos sobre Windows VistaWindows 7, serán necesarios al menos 4GB de RAM.
Por supuesto hace falta un instalador de Windows...En mi caso he utilizado un CD original de instalación de Windows 7 Home Edition, que compré en su momento para un viejo PC pero que no llegué a instalar en éste. Como veremos luego, VirtualBox también permite utilizar imágenes ISO.

Primer paso: descargar VirtualBox desde la web de Oracle.
VirtualBox es gratuito, y aunque existen soluciones comerciales muy interesantes como VMware Fusion o Parallels, si vamos a utilizar Windows de forma esporádica, VirtualBox es plenamente funcional y ofrece un buen rendimiento.
Haz clic sobre la imágenes para ampliarlas.

Como véis, VirtualBox está disponible para diferentes sistemas operativos, aunque en este caso descargaremos la versión para Mac OS X. Recordad que es imprescindible un Mac con procesador Intel, por lo que no podremos utilizar este software en Macs con procesador G5 o anteriores.
Segundo Paso: instalar VirtualBox.
Una vez descargado el instalador que viene dentro de una imagen de disco DMG, abriremos ésta e iniciaremos el proceso de instalación con un doble clic sobre el paquete instalador.
A menos que queráis que "el PC virtual" sea creado en un sitio específico (un disco externo, por ejemplo) no hace falta cambiar la configuración que se ofrece por defecto, es decir: ni utilizar el botón Personalizar ni Cambiar ubicación de la instalación.

Tercer paso: crear "el PC".
VirtualBox ya está instalado, pero ahora hay que crear "el PC" y su "disco duro", ambos virtuales, claro. Haremos clic sobre el botón Nueva ("nueva máquina virtual") y aparecerá la ventana del asistente para la creación de una nueva máquina virtual.
Si os fijáis, yo ya había instalado anteriormente Windows XP. ¿Dos Windows? Si, es perfectamente posible instalar varios Windows y otros sistemas operativos como Linux en el mismo VirtualBox, aunque cada uno en su propia "máquina virtual".
En la imagen elegimos Windows 7 como el sistema operativo a instalar, concretamente la versión de 32 bit ya que es la que corresponde al CD de instalación del que dispongo. Si disponemos de una de las versiones de prueba de Windows 8 que Microsoft permite descargar desde su web podemos instalarla en otra máquina virtual para "trastear" con ella.

Todo PC lleva instalada cierta memoria RAM; VirtualBox toma "prestada" parte de la memoria RAM del Mac  para que sea utilizada por el PC con Windows virtual. Si disponemos de 4GB o más, podemos asignar "al PC" más RAM que la recomendada por defecto por el instalador. De este modo, obtendremos mejor rendimiento tanto de Windows como de las aplicaciones que instalemos en él .



Lo habitual es crear un disco virtual nuevo (y no utilizar uno ya creado) y si queremos que Windows pueda arrancar desde él dejaremos activada la casilla Disco duro de arranque.



Dejaremos seleccionado VDI (Virtual Disk Image) como tipo de archivo a crear, que es el que utiliza por defecto VirtualBox, aunque como vemos, se podrían crear otros tipos de disco virtual, como los utilizados por Parallels o VMware.



Es interesante la opción que permite crear discos "dinámicos", que se van creciendo a medida que se van guardando datos en ellos. Aunque para Windows, el disco que el cree real tiene un tamaño de 25GB, el archivo que en realidad es puede tener un tamaño de sólo 5 ó 6 GB (con Windows y Office incluidos).








En Configuración / Pantalla, también podemos aumentar la memoria de video "del PC". En todo caso, estos cambios en la Configuración se pueden hacer más tarde, siempre que "el PC esté apagado".


Cuarto paso: iniciar el PC.Ya creada "la máquina virtual" aparecerá en el listado de máquinas virtuales disponibles. Como decía antes, yo ya tenía instalado antes un Windows XP en otra máquina virtual previa. VirtualBox me permite iniciar una u otra, o incluso ambas simultáneamente. Sólo queda hacer doble clic sobre una de ellas, o hacer clic en el botón Iniciar para que inicie la máquina seleccionada.
Si es la primera vez que arranca "nuestro PC", aparecerá First Run Wizard, el asistente de configuración del primer inicio; haremos clic en el botón Continue.
A continuación se nos pedirá que seleccionemos el medio de instalación. Por defecto este será el CD de instalación de Windows insertado en el lector de CD/DVD de nuestro Mac. Si se trata de un Mac sin lector óptico y hemos conectado un lector externo, o lo está compartiendo por red otro Mac, seleccionaríamos éste.
¿Qué pasa si no tengo un CD de instalación?Por defecto éste será el disco desde el que intentará arrancar el PC, pero si el instalador de Windows u otro sistema operativo no está en un CD de instalación, sino en una imagen de disco (un archivo tipo ISO), deberemos agregarlo e indicarle a VirtualBox dónde está ubicado en el Mac.





Quinto paso: instalar Windows en"el PC".
Si todo va bien, "el PC" creado por VirtualBox arrancará desde el disco de instalación correspondiente. A partir de este momento, el proceso de instalación de Windows será idéntico al de un PC "de verdad" y seguiremos los mismos pasos.



En la pantalla inferior, Windows detecta "un disco duro" de 25GB de capacidad que él cree real, (recordemos Matrix) aunque como hemos visto antes, en realidad es un archivo creado por VirtualBox. Dejaremos que así lo crea y haremos clic en el botón Siguiente.



Puede que "el PC" no sea un ordenador auténtico, pero Windows es 100% real y nos pedirá una contraseña para el usuario administrador por defecto. Yo utilizo la misma que la del usuario principal del Mac, para no tener que recordar una diferente.

Cuando se nos pide seleccionar el tipo de ubicación del equipo, o tipo de red que vamos a usar, yo suelo seleccionar Red de trabajo. Windows, por defecto configura la red de modo "automático", esperando de este modo que sea un router el que facilite los datos de configuración necesarios para conectarse a internet. Sin embargo, será VirtualBox el que asuma este papel y se encargue de todo sin que debamos configurar nada; si el Mac es capaz de conectarse a internet, también lo podrá hacer "el PC".

Sexto e importante paso: instalar "los drivers".
Como si de un PC real se tratara, deberemos instalar "los drivers"o software que permite que Windows "se entienda" con el hardware "del PC".

En nuestro caso el hardware es VirtualBox, pero esos "drivers" son igualmente necesarios para que funcione correctamente el ratón, Windows pueda acomodarse a la resolución y tamaño de pantalla, que funcione la red y pueda haber conexión a internet, que podamos copiar y pegar entre Mac y PC, o que Windows pueda utilizar carpetas del Mac. Esos drivers  los facilita el mismo VirtualBox y se denominan Guest Additions.


Windows reaccionará como si se hubiese insertado un CD de instalación con drivers. Seguiremos los mismos pasos de ese supuesto para instalar ese software.


Finalizada la instalación de los drivers, y como en "la vida real", Windows pedirá que "reiniciemos el PC". Por supuesto, sólo se reiniciará la máquina virtual, y el Mac no se verá afectado y se mantendrá encendido.

Y ya tenemos Windows 7 funcionando en nuestro Mac simultáneamente con Mac OS X. Si miramos en la carpeta NombreDeUsuario/VirtualBox VMs/Windows 7/ veremos los archivos correspondientes a nuestra nueva máquina virtual, entre ellos el correspondiente al "disco duro".

sábado, 18 de febrero de 2012

Los documentos RTFD... son carpetas.



Como todos hemos comprobado, el editor de textoTextEdit incluido en Mac OS X permite guardar documentos en formato RTFD. Esto es así cuando estamos editando un documento de texto RTF (con negritas, cursivas, colores...) y le añadimos imágenes u otro tipo de archivos.

Si bien RTF es un formato que se puede editar y abrir con diferentes editores y sistemas operativos (de hecho las especificaciones fueron publicadas hace tiempo por Microsoft) RTFD sólo se puede abrir "tal cual" desde Mac OS X y con TextEdit o Pages.

En realidad, RTFD es un contenedor o bundle; un tipo especial de carpeta. Y es así como veremos estos archivos desde un ordenador con Windows... y también con Mac OS X si hacemos un pequeño experimento:

Con TextEdit creamos un documento de texto, le pegamos o arrastramos a él una imagen (u otro archivo), y lo guardamos como documento RTFD.



Debemos comprobar que en las Preferencias del Finder, Avanzado está activada la casilla "Mostrar extensiones de los nombres de archivo".


Si eliminamos la extensión .rtfd del nombre de ese documento, veremos cómo este se transforma mágicamente en una carpeta. Y si abrimos esta carpeta veremos en su interior un documento RTF con el texto... y la imagen como archivo independiente.

Si volvemos a añadir la extensión al nombre de la carpeta ésta volverá a transformarse en un documento RTFD, aunque ésto sólo ocurre con las carpetas creadas de este modo y no con las creadas desde el Finder del modo habitual.