lunes, 8 de diciembre de 2008

Cuando los hombres eran hombres y escribían sus propios drivers.



"...Si suspiras al recordar aquellos días, cuando los hombres eran hombres y escribían sus propios drivers".
La frasecita no es mía, claro. Es de Linus Torvalds, el "padre" del sistema operativo Linux. Es esta forma de ver la relación ordenador-usuario la que ha hecho de Linux hasta ahora un sistema operativo minoritario, impenetrable, reservado para una élite de iniciados que parecen considerarse más inteligentes que los demás. El mismo Torvalds presume de moverse sólo a base de teclado y de no utilizar interfaces gráficas. Al parecer lo "más gráfico" que usa es Mozilla Firefox. Linux no es un mundo uniforme, hay diferentes tendencias y corrientes, e incluso hay cierto enfrentamiento entre la filosofía de los más puristas (líneas de comando a tutiplén y como mucho, entorno gráfico KDE) y aquellos que quieren "democratizar" Linux: entorno Gnome y distribuciones como UBUNTU. O sea, que Linux sea usable por la misma gente corriente que usa Windows o Mac OS X. La vieja guardia con Linux, perdón, con Linus al frente, no es precisamente muy partidaria:
“Si piensas que tus usuarios son idiotas, sólo los idiotas lo usarán. No uso Gnome, porque se está esforzando en ser simple, y hace mucho que alcanzó el punto en el que al ser simple no hace lo que yo necesito que haga. Por favor, decid a la gente que use KDE”.
O sea, "lo que yo necesito que haga". Linux no es para los demás, ni siquiera "for the rest of us", claro. Y enfrente, visionarios como el empresario sudafricano Mark Shuttleworth, con una idea muy diferente de lo que debe ser Linux. Igual va a tener razón, y los que no usamos Linux debiéramos estar todavía con el MS-DOS.
Ya sé que tratar de "tu a tu" a un ordenador como HAL9000 aún queda lejos, pero el 2001 ya lo tenemos superado y todavía se empeñan muchos en que los usuarios escribamos extraños y oscuros sortilegios para instalar una impresora. Que para abrir un programa haya que "invocar" la aplicación a mi ya da repelús.
Sin embargo, a Ubuntu y similares aún les queda camino. Hace poco hice un pequeño experimento en mi lugar de trabajo:
Coloqué -sin decir nada- un ordenador con una sesión de Ubuntu abierta en una sala ocupada por más de 20 personas, diseñadores gráficos, diseñadores web, copys, creativos...
Durante dos días estuvo pasando gente por delante y a nadie le llamó la atención lo más mínimo. Luego fui comentando uno a uno, como quien no quiere la cosa: "mira, es la última versión de Ubuntu" y nadie sabía de que se trataba, ni siquiera les sonaba el nombre. Repetí el experimento en la planta de administración con casi idéntico resultado: ¿Ubun... qué? ¿OpenOffice? ¿Es una nueva versión de Windows? Cuando les explicaba que es un sistema operativo gratuito, que no hay que buscar ni instalar ningún driver, que ha reconocido todas las impresoras del edificio, que accede sin problemas a los servidores Mac y Windows, que puedes usar archivos de Word, Excel y Powerpoint, editar imágenes con Gimp, editar páginas con Inkscape, grabar y escuchar música, ver películas, editar video DV, navegar con Firefox (esto sí les sonaba) u Opera (?) etc... me miraban con una cara entre incrédula y escéptica.
Entonces recordé que esa expresión la había visto ya antes. Era la que tenía la gente cuando hace años les enseñaba un Mac.
1 comentario:
  1. No sé como caí aquí en este blog, pero quiero expresar que es uno de los peores sitios en los que he estado, un windows-mac o mac-win fracasado intelectualmente.

    ResponderEliminar