lunes, 21 de febrero de 2022

Mis micro-trucos para hacer macros con un móvil.

Trucos que he descubierto a base de prueba y error (muchos) para sacar fotos de insectos con el móvil y una lente.

Si, hay móviles con modo macro.

Entre los diferentes modelos de marcas como Samsung, Oppo, Xiaomi, Motorola, Nokia y ahora iPhone, hay modelos que tienen un “modo macro” e incluso tienen cámaras específicas. Con ellos se pueden obtener resultados espectaculares, aunque tienen sus limitaciones, sobre todo en cuanto a distancia de enfoque. Para mi fue una sorpresa que mi viejo Lumia 640 (Nokia con Windows Phone) que sólo tenía una única cámara de fotos principal permitiera hacer unas macro estupendas, como la de las dos fotos de abajo.

Si compras un kit, guarda la macro y olvida las otras.

En las fotos de venta queda muy llamativo un kit compuesto por varias lentes, y más a un precio atractivo. Pero es rarísimo que llegues a utilizar alguna que no sea una macro. Yo no uso jamás las “ojo de pez”, ni las “gran angular”, ni las “telefoto”, porque son juguete de un día. De hecho, si compro un kit compuesto por macro y gran angular lo hago a sabiendas de que el angular va a acabar en un cajón. El precio suele justificarse por la calidad de los materiales, como lentes de cristal de calidad montadas en aluminio en vez de compuestos resinosos y plástico. Los precios son muy asumibles; un fotógrafo “de verdad” se reiría al ver los que a mi me parece caro, o sea, más de 40-50€.

Prueba con diferentes tipos de lentes.

No dudes en probar lentes que estén a tu alcance: de unos binoculares viejos, de un cuentahilos, de una lupa de bolsillo… Yo llevo siempre encima -porque me cabe en el bolsillo pequeño del pantalón- una lente que desmonté de unos prismáticos de mercadillo de segunda mano y que sujeto con una simple goma. Y he conseguido con ella mejores resultados que con la mayoría de lentes específicas para smartphone. Por supuesto, no todas sirven, y hay que comprobar qué distancia de enfoque requieren -para la cámara de tu smartphone- antes de romperte la cabeza buscando la forma de hacerles un acople casero para sujetarlas al móvil.


Las lentes que he utilizado últimamente y la distancia al objeto fotografiado que se requiere para un correcto enfoque.

Más aumento no es siempre mejor.

Las lentes baratas de pinza (5-15€) pueden aumentar muchísimo aunque generen distorsiones y aberraciones en la imagen. Las hay de mejor calidad, también con mucho aumento y con mejores resultados, pero tanto éstas como las anteriores suelen tener un problema: una distancia de enfoque muy corta, con la que sólo consigues una imagen nítida si te acercas muchísimo a lo que quieres fotografiar. A ningún insecto les gusta que les acerques el móvil a uno o dos centímetros. Últimamente estoy usando una Apexel 100mm (Amazon), algo pesada y grande, pero cuya mayor ventaja es que permite enfocar a 6 ó 7 cm en lugar de los 1 ó 2 cm habituales...

El enfoque correcto es fundamental.

Que los pequeños detalles se vean nítidos es importante, pero cuanto más cerca haya que situarse del motivo que se desea fotografiar, menor será la profundidad de campo. Así por ejemplo, para un insecto visto de frente, podrías ver desenfocada la cabeza, nítido el torso, y el abdomen podría ser una mancha borrosa. Con menos aumento y menor acercamiento la profundidad de campo será mayor y quedaran enfocadas más zonas de la imagen. Por esto, hay fabricantes como Apexel, que ofrece el “2 en 1 Clip-On Kit de Lentes”, con una Macro 12X y otra 24X, para usar una u otra según el caso.

Pero el desenfoque también lo es…

Como hemos visto, en las fotos macro hay un efecto casi inevitable: el motivo principal aparece enfocado, pero todo lo que esté un poco más lejos -o demasiado cerca- aparece desenfocado. Y esto, lejos de ser un defecto es lo que da ese encanto especial a estas fotos. Algunos fondos desenfocados pueden ser muy bonitos incluso cuando no se llega a apreciar qué es lo que lo conforma. La luz reflejada en flores, hojas o gotas puede crear un efecto bokeh precioso.

El movimiento es un problema.

Fotografiar escarabajos suele ser sencillo, pero otros insectos no paran de moverse. Se puede seguir el movimiento casi lineal de una hormiga, pero el vuelo oscilante de una abeja es muy difícil de seguir y mantener enfocado, y más cuando el aumento es grande y se sale constantemente del campo de visión. Por esto, a veces son más prácticas las lentes que aunque aumenten menos, su distancia de enfoque más larga no requiere que te acerques tanto y además ofrecen mayor campo de visión. Hay lentes como “mi” Apexel Macro 100mm o la Mugast Macro 100mm que son más caras que la media, pero tienen una distancia de enfoque mayor de la habitual, y permiten disparar una foto macro desde una distancia de hasta 7 cm.

Trípode: si pero no.

Si haces fotos de texturas, gotas, vegetales u objetos inanimados, y más si las haces en la cocina de tu casa, utiliza un pequeño trípode o apoya el móvil sobre algún objeto. Sin embargo, salir a un parque o al campo y pretender usar el trípode para fotografiar insectos es muy optimista, a menos que encuentres una hermosa telaraña con su dueña posando estática sobre ella. Yo siempre meto el trípode en la mochila por si acaso, pero es muy raro que se de la ocasión de usarlo para hacer una macro.

Utiliza un agarre o anillo de sujeción.

En muchas ocasiones, para acercarte lo suficiente al objeto o insecto a fotografiar es necesario adoptar posturas complicadas, en las que es necesario apoyarse o agarrarse con una mano, mientras que con la otra tienes que sujetar el móvil y disparar. Esto supone que la foto salga movida y el peligro de que se te caiga. Para evitar esto puede ser útil uno de esos anillos o agarres plegables de sujeción que se adhieren o sujetan a la carcasa del smartphone. Para mi, la solución ideal ha sido coser a la funda del smartphone una cinta de tela elástica, porque no me molesta en absoluto en el bolsillo y no acabo de  confiar en algo que pueda acabar despegándose en el momento menos oportuno.

Disparador remoto bluetooth.

Incluso utilizando un agarre, el anillo de sujeción o el invento de la cinta, puedes mover demasiado el móvil al hacer el gesto de pulsar el botón de la cámara en la pantalla o uno de los botones físicos de volumen y esto hará que la foto salga movida. Para evitarlo puedes utilizar un disparador remoto o botón bluetooth de disparo con la otra mano. Recuerda que si tienes unos auriculares con cable y control de volumen puedes usar los botones como disparador de la cámara.

Haz muchas, muchísimas fotos.

Con suerte, puede que salga bien alguna. No borres nada hasta que las puedas verlas en casa con tranquilidad. Eso si, a continuación hay que ser implacable y borrar sin miedo. Deja pasar unos días, y como ocurre en las fotos de viajes, descubrirás que la mayoría no valen la pena. Y si las revisas tras un par de semanas acabarás conservando muy pocas. Yo soy mucho más crítico con las fotos que no he disparado recientemente.

Dispara ráfagas.

Si tu smartphone lo permite, dispara ráfagas, para seleccionar luego la mejor o mejores. Esto es casi imprescindible si el sujeto es un animal que está volando o se mueve mucho. Los iPhone, además de ráfagas también hacen Live Photos, o cortas secuencias animadas realizadas tomando varias imágenes, y que también permiten seleccionar la mejor.

Antes, mide, enfoca y bloquea.

ANTES de hacer fotos de insectos o pequeños reptiles, prueba a enfocar y bloquear a una distancia concreta, usando una flor como referencia, por ejemplo) y LUEGO acerca y aleja la lente del animal buscando el enfoque óptimo. Utilizar el enfoque manual funciona con flores, plantas y texturas inanimadas, pero no tendrás tiempo con animales en movimiento o que pueden huir al ver acercarse tu móvil.


 Dispara desde diferentes ángulos.

Haz las fotos desde diferente ángulos, buscando diferentes composiciones. Una flor fotografiada desde arriba puede crear un efecto geométrico interesante, pero en un insecto la imagen queda demasiado plana. Yo suelo buscar cierto escorzo, para dar más profundidad a la imagen. Y como ya hemos dicho antes, el fondo y sus colores y formas es muy importante aunque quede completamente desenfocado.

Es necesaria bastante luz.

Fíjate en los diferentes ángulos en que incide la luz. A veces la posición respecto al sol hace que tapes la luz con tu propio cuerpo. Además, esto hará que la mosca se mosquee y huya. A veces uso un pequeño truco: suelo llevar en la cartera una tarjeta forrada de papel de aluminio, para -a modo de espejo- reflejar la luz del sol hacia la flor, insecto u objeto desde un ángulo diferente. Una pequeña linterna LED también podría ser útil. Si vas acompañado, puedes ayudarte de la linterna de otro móvil. Si lo ves necesario, usa el control de exposición que ofrecen la mayoría de smartphones para evitar zonas sobrexpuestas o “quemadas” por exceso de luz.

A veces, se hace trampa.

Como puedes suponer, algunas de las imágenes sorprendentes que ves en los documentales se han conseguido en entornos controlados. Si, la madriguera por la que se mete la cámara está recreada en un estudio… y se utilizan terrarios. En contadas ocasiones, si fotografiar o filmar un escarabajo o caracol me ha resultado imposible en el exterior, lo he llevado a casa. Y no hace falta que al pobre bicho le ates una patita para que no corra por todo el salón; puedes hacer un recinto con dos platos y un poco de agua que sirva de set de rodaje. Entre mis contradicciones está liberar a mis modelos después de la sesión de fotos en el mismo sitio en que los capturé, para luego aplastar sin miramientos al mosquito que se ha colado en la habitación y luego comerme una paella con caracoles.

Si voy a un parque o jardín prefiero ir solo.

Nunca recomendaría a nadie que fuera solo al campo o parajes aislados, pero cuando quiero hacer fotos en un parque prefiero ir solo. Si he de perseguir durante media hora a una mariposa esfinge, o intentar hacer 200 fotos de una araña no quiero estar pendiente ni del reloj ni de la paciencia de otra persona que probablemente no comparta conmigo esta afición. 

Ten mucha, mucha paciencia.

Con los animales en general, pero también con las macros de insectos, arañas, etc… hay que tener muchísima paciencia. Yo he perseguido mariposas durante horas para conseguir hacer alguna foto… que ha resultado inservible. Si un día no consigues nada que valga la pena no te frustres, es lo normal. Otro día será. Y si consigues hacer algo interesante con una libélula y un móvil, me avisas.

No te dejes las gafas en casa.

No es una tontería: si necesitas “gafas de cerca”, llévalas contigo cuando vayas a hacer fotos. Debes asegurarte de ver las imágenes mostradas por el smartphone perfectamente nítidas y no presuponer que las está enfocando bien automáticamente.

Ten mucho cuidado.

No arriesgues tu integridad física intentando acercarte a un animal o flor de difícil acceso. Recuerda que algunos insectos, arañas, escolopendras y escorpiones pueden picar. No compruebes si eres susceptible de sufrir un shock anafiláctico. Lo de ir levantando piedras puede conllevar sorpresas, pero éstas no deben ser desagradables.

No me gusta hacer macro-fotografía forense.

O sea, no me gusta fotografiar insectos muertos. Se que muchas fotos de “macro extremo” se hacen así porque requieren condiciones casi de laboratorio, con tiempo, luz, equipo y un entorno muy controlados. Si, pueden tener un gran interés científico, pero a mi me atraen las dificultades que suponen “cazar” a un animal vivo y en su entorno.

Retoca si es necesario, pero sin pasarte.

Suelo recortar casi todas las fotos, frecuentemente ajusto niveles, luminosidad, saturación y balance de blancos, a veces ajusto la nitidez, rara vez uso el tampón de corregir o clonar… Sin embargo no me gusta nada “photoshopear”. Lo de combinar imágenes y apilar capas lo dejo para los que quieran crear imágenes de carácter didáctico o científico.

Pásatelo bien pero disfruta el momento.

En la película “La Vida Secreta de Walter Mitty”(2013), el protagonista Walter Mitty (Ben Stiller), tras una larga búsqueda localiza en una remota e inaccesible zona del Himalaya al famoso fotógrafo Sean O'Connell (Sean Penn). A lo lejos, juegan unos leopardos de las nieves, algo hermoso y dificilísimo de ver. Sin embargo, a pesar de tener el equipo fotográfico preparado, el fotógrafo no toca la cámara. ¿No vas a disparar?, le pregunta extrañado Mitty. A veces, le contesta Sean, no quiero que la foto me estropee el momento.

Pues eso, disfruta del paseo, de la naturaleza, del sol o de la lluvia, pero que la foto no te estropee el momento.

miércoles, 2 de febrero de 2022

Mis fotos macro con lentes para móvil y de fabricación casera.

Lentes para smartphone.

Existen lentes MACRO específicas para smartphone de muy diferentes precios. Hay sets de lentes muy baratos (de 5€ a 20€) que incluyen una lente “ojo de pez”, una “gran angular “y una macro, y se suelen sujetar al smartphone con una pinza. Hay que fijarse en la longitud de la pinza, ya que las hay muy cortas ya que presuponen  que las cámaras del smartphone están en una esquina, y esto no es siempre así.

Que sean tan baratas me hace caer en la tentación de seguir comprando algunas, pero sólo me quedo con la macro y las otras acaban en un cajón o en la basura. Estas lentes baratas suelen ser de materiales resinosos y no de cristal, sólo consiguen una imagen nítida en el centro y crean aberraciones y distorsiones curiosas en el resto.

Lente de pinza de 8€. El centro de la imagen queda enfocado,
pero no así el resto de la imagen.

En general, es necesaria bastante luz, y yo recomendaría usar un trípode siempre que sea posible. Y vale la pena comprar un mando remoto bluetooth (5€ - 10€) para disparar la cámara del smartphone, ya que es casi imposible tocar el smartphone sin producir una trepidación que desenfoque la foto.


Lente de pinza de mala calidad. Sólo con aproximarse o alejarse un par
de milímetros cambian las zonas de la imagen que quedan enfocadas.

Si disponemos de unos auriculares con cable y botones de control de volumen también podemos usar éstos como disparador de cámara en los iPhone y en todos los Android que he probado. Si hacemos fotos de un insecto en movimiento es conveniente disparar ráfagas de fotos y elegir luego las más enfocadas.



Lente de pinza de mala calidad. Aún así, las distorsiones y aberraciones
en los bordes de la imagen crean efectos estéticamente interesantes.

Las hay mucho más caras (40€ a 120€), de mayor tamaño y de un cristal decente. Suelen ser más grandes, con un área de imagen nítida mayor, más luminosas y el rango de enfoque más amplio. Si queréis filmar o fotografiar insectos sin la necesidad de acercar la lente a unos milímetros -lo cual no les suele gustar- necesitaréis algo mejor que unas lentes baratas en una pinza de plástico. No siempre es bueno que una lente amplíe mucho, ya que cuanto más amplía menor es la profundidad de campo y sólo se consigue un enfoque correcto en un rango de distancia muy restringido. Aún así, una buena lente no enfocará sólo en el centro y la imagen será nítida.

                        1. Foto con la cámara del smartphone (iPhone 13)
                        2. Foto con una lente macro de pinza barata (8€)
                        3. Con la lente macro de una vieja cámara Kodak
                        4. Con lente objetivo de unos pequeños binoculares

Si una lente es pequeña y de poca calidad es casi imposible conseguir una foto
enfocada y nítida, pero aún así, con la falta de enfoque puede salir resultona.

Si no os gusta el bricolaje, podéis dejar de leer aquí y ahorraros todo lo que sigue. Pero si os gusta trastear o ahorrar algo de dinero, podéis probar con otras lentes no específicas.

Otras lentes.

Ir probando lentes de 50€ ó 100€ se sale de mi presupuesto, y además me gusta trastear con lentes de todo tipo. He probado con la lente de un cuentahilos o de una lupa de bolsillo, pero también he desmontado viejas cámaras de fotos y de video o viejos binoculares y prismáticos de mercadillo.


Si la lente es de mejor calidad y tiene mayor luminosidad
aunque no amplíe tanto, el resultado mejora mucho.

Ojo, no todas sirven. Pueden ser demasiado pequeñas y difíciles de ajustar en distancia y centrado, o demasiado grandes y pesadas. Es muy importante probar primero qué “distancia focal” es la adecuada para la cámara del smartphone y asegurarse de que ésta puede enfocar correctamente antes de buscar arandelas y piezas de plástico que puedan servir para ajustarla.



Uso a veces una lente que necesita estar a 5 cm de la cámara del iPhone, por lo que la he montado en un tubo de PVC de esa longitud. Los binoculares que he desmontado para utilizar sus dos lentes me costaron 5€ de segunda mano.


Es importante conseguir hacer las fotos con mucha luz y cuidar
el ángulo con que ésta incide en el objeto fotografiado.

Piezas y materiales.

Arandelas, soletas de fontanería, pequeñas cajas de pastillas, imán de nevera en rollo, cinta americana, el envase de negativos fotográficos, topes de puerta, tapones de envases, tubos de PVC, las mismas piezas de unos binoculares desmontados, todo puede servir. Si necesito pegar algo, no uso adhesivo de contacto o “superglue”, sino alguno tipo “Poxipol” que requiere mezclar el contenido de dos tubos y que es mucho más resistente.

No uséis imanes nórmales de ferrita o similar. Yo utilizo imanes de neodimio -muchísimo más fuertes- sacados de viejos discos duros, pero los puedes encontrar en Amazon, en alguna ferretería o incluso como imanes de nevera.


Estas fotos no han quedado mal, pero descarté varias docenas antes
de conseguir el resultado deseado.

El último “kit macro” lo he montado utilizando la lente del objetivo de unos pequeños binoculares, el cilindro que recubría la lente del ocular, unas arandelas de goma pegadas con Poxipol para fijar la lente y una simple goma elástica para sujetarla al smartphone. Antes de montar nada estuve probando la lente -que ha resultado de buena calidad y muy luminosa- y calculando la distancia ideal entre ésta y la cámara del móvil.


Al principio probé a montar la lente en la pinza de una lente barata, pero ahora prefiero usar un imán o una simple goma elástica para sujetarla, ya que así me cabe en el bolsillo pequeño del pantalón, mientras que la pinza con la lente enroscada, no.

Paciencia, pulso y aguantar la respiración.

Suelo decir que no me puedo permitir un safari fotográfico en Kenia, pero que en mis macetas o en los arbustos de un parque hay selvas inexploradas habitadas por bestias maravillosas. Eso si, puedo perseguir una mariposa durante una hora esperando el momento oportuno, y suelo llevar en el bolsillo del pantalón esa lente macro con la gomita elástica, porque nunca se sabe si te vas a encontrar algo interesante. Y como podéis suponer, hay fotos que no están hechas durante un paseo por el campo. De hecho, algunas las he tomado en la mesa del comedor de mi casa.

Con una lente de pinza barata es casi imposible grabar un video decente, pero
si usamos una con un mínimo de calidad el resultado puede ser muy decente.

Smartphone con prismáticos

Habiendo probado diferentes soluciones para hacer fotos macro me he planteado cómo añadir un objetivo telefoto al smartphone. Por un lado hay juegos de lentes que incluyen un pequeño telescopio, pero no me he atrevido a comprar ninguno porque dudo que una combinación de lentes con un diámetro tan pequeño pueda tener siquiera la luminosidad necesaria. En el extremo opuesto existen adaptadores que permiten acoplar el móvil a un telescopio “de verdad”.


Y situándome en el punto medio se me ocurrió fabricarme un artilugio que me permitiera usar unos prismáticos con el smartphone. La solución que he adoptado finalmente me parece ahora tan sencilla, que me parecen muy tontas y complicadas las ideas que intenté llevar a cabo en un primer momento: utilizar combinaciones de adaptadores de cámaras Go-Pro, pinzas de palo selfie enganchadas de varias formas, etc…


A la izquierda, foto tomada con la cámara principal de un iPhone 13 Mini.
A la derecha, acoplando el iPhone a los prismáticos.

La solución final: dos imanes de neodimio (de un disco duro estropeado) lo bastante potentes para soportar el peso del móvil y su funda, dos arandelas de metal, cinta americana y pegamento Poxipol. Necesitaba algún tipo de pieza que mantuviera el móvil en la posición adecuada y revolviendo el cajón de los trastos encontré unas piezas que pertenecieron a una lámpara tipo flexo.



No podía faltar La Luna, acoplando el iPhone a los prismáticos.


Probando una lente tele-foto 3X de Aukey.

Adquirí en Amazon una lente tele-foto de Aukey que ofrece un zoom de 3X. Como es de esperar, una lente de este tipo curva y distorsiona la imagen, y más cuanto más cerca de los bordes, pero si se amplía la imagen captada con ella por la cámara, para utilizar la zona central puede ser aprovechable, aunque no se obtenga una imagen luminosa y fotografía de gran calidad.



Galería de fotos originales sin escalar ni recortar.

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