Si navegas desde tu casa o lugar de trabajo, se sobreentiende que lo haces conectado al router mediante un "cable de red" (cable Ethernet) o utilizando una red inalambrica con encriptación WEP o WPA de la que solo tu y las personas de tu entorno conocen la clave para acceder a ella. Es decir, existe una relativa seguridad que pone las cosas mas dificiles a quien intente aprovecharse del ancho de banda que tan caro te sale.
Por supuesto, no existe la seguridad absoluta, y si alguien tuviera la habilidad necesaria para "escuchar" el trafico de red (capturar paquetes IP) que se genera entre tu ordenador y el router y fuera capaz de desencriptar tu contraseña de acceso, podria dar un paso mas e intentar entresacar otras cosas, como el modo de acceder a tus datos bancarios.
Esto ni es fácil de hacer ni es frecuente que ocurra, pero cuando utilizamos redes públicas, que Windows identifica acertadamente como "redes no seguras" como son las WIFI de aeropuertos o cafés, el peligro es mucho mayor. De hecho, se suele desaconsejar el acceder a cuentas personales, realizar compras online u operaciones bancarias desde este tipo de redes. En todo caso siempre es conveniente recordar los puntos de este decálogo u otros similares:
- Comprueba que tienes actualizado el sistema operativo y navegador.
- Utiliza las tecnologías de seguridad habituales (antivirus, firewall, antispam).
- Intenta no acceder a páginas "de dudosa reputación".
- Cuidado con los enlaces sospechosos que nos invitan a hacer click.
- Descarga aplicaciones y utilidades desde sus sitios web oficiales.
- No ejecutes archivos sospechosos.
- Nunca introduzcas información personal en formularios dudosos.
- Acepta sólo contactos conocidos en redes sociales y mensajería instantánea.
- Recuerda limpiar el historial de tu navegador a diario.
- Utiliza contraseñas fuertes, con 8 o más caracteres y usando cifras y letras mayúsculas y minúsculas.
Existen soluciones como QtWeb, que es un navegador de internet gratuito con versiones para Mac, Windows y Linux y que permite navegar de forma relativamente segura. Su modo de navegación privada evita dejar rastros de la navegación web, cosa que ya está implementado en cualquier otro navegador moderno, pero QTweb incluye un cliente torrent (como también lo hace Opera) y tiene la gran ventaja de que sus versiones para Mac, Windows y Linux se pueden copiar a un CD o pendrive y ejecutarlas desde éstos, de modo que podemos llevarlas con nosotros para usarlas en casi cualquier ordenador.
Que quede claro que la navegación privada, que algunos llaman "modo porno", evita que se guarden datos de nuestra navegación en nuestro ordenador (historial, descargas, contraseñas, cookies...) de modo que alguien que acceda a nuestro ordenador no averigüe nada sobre nuestra actividad online. Sin embargo, algunos olvidan que los add-ons o plug-ins , Flash entre ellos, pueden almacenar datos por su cuenta. Y aunque Flash haya tomado medidas, en otros plug-ins o complementos pueden seguir apareciendo fallos.
Por esto, y al margen de las garantías que puedan ofrecer los navegadores, y dado que esto no evita en absoluto que alguien, como ya hemos visto, pueda interceptar nuestro tráfico de datos, me parecen muy interesantes los servicios que tras la instalación de la utilidad correspondiente en nuestro Mac o PC, crean un tunel encriptado de datos entre nuestro ordenador y los servidores (proxies) de las empresas desarrolladoras. De este modo, nuestra navegación y cualquier otro tráfico hacia la red es completamente ocultada.
Hotspot Shield y proXPN, por ejemplo, tienen versiones para Mac y Windows y son fáciles de instalar. Hotspot es completamente gratuito y sin aparentes restricciones, pero inserta páginas de anunciantes, lo cual hace cuestionarse a muchos analiastas que sea 100% seguro.
Mejor prensa tiene proXPN cuya modalidad gratuita de uso limita el ancho de banda a 300kbps (336kbps en mi test), suficiente para uso esporádico, aunque podemos optar por la modalidad de pago que no tiene restricciones de este tipo. En todo caso, es muy fácil de instalar, tanto en Mac como en Windows.
Lo primero que hay que hacer es darse de alta con una dirección de email y un password en la web de proXPN. Recibiremos un correo con un enlace sobre el que deberemos hacer clic para confirmar el alta. Tras descargar el instalador seguiremos los pasos habituales tanto en Windows como en Mac. Al abrir la aplicación por primera vez se nos pedirá el nombre de usuario y contraseña correspondientes a la cuenta que hemos creado. En Mac OS X veremos un nuevo icono a modo de pequeño interruptor en la barra de menús; en Windows éste aparecerá en la barra de tareas. Este icono nos permitirá activar o desactivar la conexión VPN.
Sin embargo, en ambos casos han olvidado incluir un desinstalador, por lo que escribí al soporte técnico de proXPN preguntando cómo se desinstalaba completamente. La respuesta no tiene desperdicio:
"How do you normally remove any software from your system?
Same procedure for removing proxpn. "
Preferí no insistir y buscar "a fondo" con la ayuda de EasyFind, con lo que descubrí que en Mac OS X crea, al menos, estos archivos y carpetas:
/ Macintosh HD / private / tmp / proxpn
/ Aplicaciones / proXPN.app
/ Librería / Application Support / proXPN / Shared
/ Librería / Caches / com.proxpn.com
/ nombreusuario / / Librería / Application Support / proXPN / Configurations
/ nombreusuario / / Librería / Preferences / com.proxpn.mac.plist
Por cierto, el hecho de que nuestra IP pública mostrada sea de EE.UU permite el acceso a servicios como Hulu o Netflix, que son vetados a los que acceden desde IPs no norteamericanas.
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